Esta es una historia como otra cualquiera. Una historia que nadie se hubiera imaginado, ni habiendo escuchado las mejores predicciones de los últimos años. Aún así… ¿Quién iba a dar crédito a una pandemia de estas características?……!Imposible esto no entraba en los planes de nadie!
La nuestra es una historia normal, la de una familia que vive viajando.
Bueno igual algo diferente por no encontrarnos en la situación más típica de un hogar fijo, un trabajo estable y unas rutinas más marcadas. Pero desde luego, en nuestro día a día habitual, la llegada del covid-19 ha traído cambios y ajustes no esperados.
¿Dónde estábamos entonces?
Cuando todo esto empezó a sonar de una manera consciente en nuestras cabezas, nos encontrábamos en México, lugar en el que seguimos actualmente. Y lo primero que pensamos aludiendo a esa percepción de peligro tan extraña que caracteriza al ser humano, fue…
» Menos mal que nos marchamos de China en diciembre»
¿Te suena verdad? Qué lejos se veía…. Ese virus en algún lugar perdido de la China.
Esa percepción lejana de peligro junto con el autoengaño para protegernos y seguir hacia adelante, hasta ahora nos había funcionado a la perfección para mantener «el miedo» a raya. Como una emoción de supervivencia, pero sin dejar que controle nuestra vida y nuestras acciones.
Sin embargo aún viviendo en un mundo tan globalizado como el nuestro, no nos podíamos imaginar que llegaría hasta nosotros. Las cosas malas solemos verlas lejanas, y la verdad que pocas veces reflexionamos sobre ello.
Habíamos estado viviendo por el sudeste asiático 8 meses. Nuestro recorrido esta vez transcurre por la tranquila capital de Laos (Vientiane), donde estuvimos casi dos meses gracias a trusted house sitter. En una bonita casa cuidando de Poseidón, un adorable perro de tres patas, que le regaló a Soona la genial experiencia de cuidar una mascota.
Durante nuestro tiempo en Laos nace La Tribu Worldschooling un nuevo proyecto de vida. Apostando fuerte por profesionalizar nuestra pasión… Los viajes de aventura en familia.
Recorrimos Vietnam, Camboya, Thailandia y estuvimos coordinando un Viaje en Tribu con 4 familias que les acompañamos por Malasia, Singapur y Kop Lipe. Experiencia inolvidable, enriquecedora 100% y divertida al máximo. !Este iba a ser nuestro destino!
Existen muchas formas de ser nómadas. Nosotros nos habíamos decantados en esta era digital por hacer uso de ellas, para poder perseguir nuestro sueño. Aquel que empezó cuando Soona vino al mundo y decidimos buscar una alternativa a nuestra vida. Donde había dos objetivos claros… Seguir viajando abriendo una ventana al mundo a nuestra pequeña y encontrar una conciliación laboral que nos satisfaciera.
Y llegó la cuarentena, avisando desde Europa
Se acercaba diciembre y los 2 añitos de Soona, así que este año cruzaríamos el charco para poder estar en México en un ambiente mas navideño y que conocieran a la nueva miembro de la familia sus abuelos, tías, primos y demás.
México es un país increíble. La primera vez que vine aquí en uno de mis viajes de verano, simplemente me sorprendió. Tenía otra imagen, otra idea, pero descubrí un país que con un pasado común y una cultura tan parecida a la nuestra…. !Era tan diferente y tan rico culturalmente!
Además vinimos a diseñar la ruta de este verano en familia. Exploramos los lugares más auténticos, fuera de las rutas masificadas de la riviera maya. Conociendo y conviviendo en comunidades Mayas. Descubriendo una fauna autóctona increíble en plena libertad y unos pueblos indígenas que todavía mantienen sus costumbres y vestimentas bien arraigadas.
Pero primero asistimos a nuestro primer encuentro de Familias Worldschoolers en Playa del Carmen. Una semana de aprendizaje, de convivencia y de compartir con más familias viajeras, como Ligrones en Ruta, que viajaron expresamente para ello. Un evento que se organiza dos veces al año en diferentes partes del mundo… el Project World school Family summit.
Y aquí nos pilló la cuarentena en un bonito pueblo de Chiapas. San Cristóbal de las Casas. Un pueblito con el que tenemos una conexión especial. Un pueblito en mitad de las montañas, que unió hace ya 7 años a estos dos viajeros que andaban por la Américas de rumba. Y ahora volvían en familia.
Decidimos parar aquí un mes, para lanzar nuestro Viaje de Aventura en Familia por México para este verano 2020. Es un sitio perfecto, con un clima cálido y nada húmedo. Además tiene un montón de arte, y espacios dedicamos a los niños. Los fines de semana encuentras actividades gratuitas donde elegir, locales con música, y restaurantes con mucho encanto.
Antes de que en México se empezarán a poner serias las cosas. Nos llegaban al whastapps cientos de mensajes desde España, donde ya estaban confinados de forma obligatoria. Esto fue nuestro toque de alerta real para buscar un sitio cómodo y como muchas de vosotras me aconsejasteis… !que tenga patio, jardín o algo para desfogar!
La incertidumbre del futuro más cercano
Mientras todo esto se va dando, nos encontramos inmersos en otro proyecto. Algo que teníamos en mente desde antes de llegar a esta parte del planeta y ya por fin se iba a dar. Queríamos realizar un road trip por Centroamérica. Necesitábamos una casa rodante que además nos permitiría alargar nuestros ahorros.
Así que en una de tantas alineaciones de planetas encontramos a ….HELIX , una toyota de cuatro cilindros con una historia increíble de dos años ofreciendo ayuda psicológica a los migrantes en su ruta a EE.UU.
Gemma y Noelia desde @Helixlibera con su perro Magia habían concluido su ciclo en México y estaban encantadas de que Helix siguiera su camino junto a una familia viajera.
Estábamos emocionados otro sueño que se hacía realidad. Solo había que esperar a principios de abril y una nueva aventura iba a empezar.
!Además lo implementaremos con un proyecto social precioso de nuestro amigo Pau! Ofreciendo talleres de bullying en las escuelas del camino. Así nuestra toyota seguirá repartiendo esperanza a su paso.
Y !CATAPUM! El coronavirus debajo de los pies. ¿Cómo? ¿De dónde, tan rápido?….
!Pues sí, señores sí! Así entró a nuestras vidas, como a la de millones de familias como la nuestra, con sus planes y rutinas. Pero lo más triste ha sido, sin lugar a duda, todas esas muertes que llevamos ya y quién sabe cuándo parará.
Un drama horrible en este siglo XXI, una pandemia jamás imaginada. Y ahora nos toca enfrentar un futuro incierto donde no hacen más que hablarnos de una economía que estará resentida durante mucho tiempo. Sin llegar a entender qué significa exactamente, pero que ya palpamos en nuestro día a día.
Un nuevo reto
Y encerrados en nuestras nuevas 4 paredes, pasamos la cuarentena, viendo como evoluciona en México. Cada país lo enfrenta con una perspectiva y dentro de su contexto. Aquí, hasta ahora después de 4 semanas con una recomendación no obligatoria de » su sana distancia» vamos haciendo camino hasta la inminente fase 3.
En un país como este donde casi el 50% de su población vive al día, no se contempla un confinamiento obligatorio. El coronavirus mata, pero el hambre y la necesidad también. Así que con otros parámetros se enfrenta esta pandemia.
Pero esta vez, sí que la percepción de peligro ha sido más precavida y ha actuado antes viendo la evolución de los países europeos ante el covid-19. Cuando solo se contaba con 200 casos confirmados ya se declaró el estado de alarma, intentando por todos los medios un alargamiento de la curva, para no saturar tan rápido los hospitales y contar con tiempo suficiente para su correcta adecuación.
Como medidas diferentes que aquí estamos viviendo, nos encontramos con un toque de queda parcial en la fase 3, con la no recomendación de usar «cubre bocas» si no estas infectado, una amnistía parcial que libera a presos de sus masificadas cárceles y con la implantación de la ley seca. Como medida de prevención ante malos tratos y la desesperación.
Los sueños pueden esperar
Y ahora solo queda esperar y desde luego no desesperar en la medida de lo posible. Aunque imagino que como todo individuo, hemos pasado por diferentes fases con momentos de desesperación y frustración. No estamos preparados para un paréntesis así en nuestras vidas. Y menos en esta era en la que vivimos, donde prima la rapidez e inmediatez.
Como familia nómada estamos acostumbrados a no tener control sobre un montón de cosas. La llegada a un país nuevo, el idioma, la comida, sus horarios y costumbres. El cambio de planes y la elección de nuestro futuro más inmediato constantemente es nuestra rutina. Pero he de confesar que esta pandemia nos supone un nuevo reto totalmente imprevisto.
Nuestro último sueño va a tener que esperar. De momento no tenemos ni cerca la casita rodante, no nos dio tiempo a ir a buscarla. Pero la buena onda que siempre encuentras por el camino, hizo que David, un compañero de casa en las últimas dos semanas, se ofreciera a buscarla y tenerla a su vera mientras se confinaba también con su familia en Chetumal. !Así que esperemos!
Sin perder los sueños de vista, seguimos
Y de esta cuarentena y situación atípica a la que nadie se imaginaba enfrentarse están saliendo cosas buenas y mucha dosis de ilusión. Puede ser que seamos más conscientes de la vida que llevábamos, que reorganicemos nuestras prioridades, que empecemos a valorar otras cosas, que empecemos a compartir más tiempo con nuestros hijos o simplemente que por fin hayamos acabado el libro del año pasado.
También puede ser que el mundo vuelva a rodar de la misma manera que lo hacía hasta ahora. Puede ser que los aprendizajes se queden en un vago recuerdo y volvamos a nuestro piloto automático. Esto lo escribiremos entre todos.
Cada uno y una de nosotros sacará sus propias conclusiones en este momento de calma obligatoria. Sabemos que nuestro proyecto de viajes va a tener que esperar, es momento de estar en casa. Solo deseamos poder mantenernos el tiempo suficiente y adaptarnos a nuevos retos para no tener que virar demasiado en nuestros sueños.
Pero, si hay algo de lo que sí estoy segura, es de que seguiremos persiguiendo nuestros sueños. Esos que un día nos hicieron movernos y por los que hoy en día seguimos caminando.
Por que todo va a salir bien
Volverán los viajes, volveran los dias de parque, volverán las reuniones de amigos, y volverán las ganas de seguir descubriendo mundo. Nosotros emprenderemos un camino por Centroamérica. Seguiremos luchando por nuestro proyecto de vida.
Volverán los encuentros con nuestros mayores, y volverán los besos en los saludos. Volverán los viajes en familia y los reencuentros esperados.
Solo lamento las muertes de todas las personas que el coronavirus les robó sus vidas sin poder despedirse de los suyos. Por ellos, por esas miles de personas sigamos el camino de nuestros sueños, porque ellos nos hacen estar vivos.
4 comentarios en «VIVIR VIAJANDO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS»
Debe de ser una experiencia inolvidable viajar en familia con vosotros.
Me encantaría formar parte de vuestro proyecto con mi familia.
Así que espero que pase pronto el coronavirus y podamos hablar ya de viajar.
Un saludo desde España ?
Viajar en familia siempre es una gran aventura. Cuántas cosas se aprenden y se desprenden también 🙂 Pero en grupo de familias, es todavía más divertido, y relajado para los padres. Y los niños/as, pues eso !NIÑOS/AS QUIEREN!
Claro que sí, volverán nuestros sueños y yo creo que después de esta crisis volverán con más fuerza..y uno de los sueños comunes precisamente de mucha gente es viajar…ojalá y pronto tengamos la oportunidad de cumplirlos. Ánimo a esa bonita tribu!!
!Gracias Eva!En eso estamos en intentar mantener la INCERTIDUMBRE a raya, para poder seguir adelante. !Ojalá aprendamos mucho de esto!