La hermosa ciudad de La Antigua, será nuestra base por unos días. Mientras paseamos por sus calles adoquinadas, los colores tan llamativos de los tejidos guatemaltecos nos ofrecerán un primer contacto, que permanecerá durante toda la aventura. Subiremos a uno de los volcanes , todavía activos, el Pacaya, donde los peques asaran sus propias «nubes» al calor de las piedras. Y tomaremos rumbo a uno de los lagos más bonitos de centro américa, el Lago Atitlán, salpicado por 13 pueblos pesqueros y 3 hermosos volcanes. Donde realizaremos un Taller de tejido con una cooperativa de mujeres locales.
Nuestro siguiente destino será Chichicastenango, un escenario ideal para admirar la sorprendente cultura maya viva. Flores, artesanía, animales, tejidos y productos frescos se exhiben en este mercado considerado el más grande de la región. Donde dejaremos por unos días la eterna primavera de Guatemala por un clima más tropical. Además de poder observar los diferentes ritos ancestrales que día a día se llevan en diferentes espacios e impregnarse de su sincretismo entre la cosmovisión maya y la religión católica.
Proseguimos ruta con una jornada de viaje hacia el norte del país, con prismáticos en mano primera parada el Biotopo del Quetzal, ave nacional y sagrada para los Mayas. En Semuc Champey disfrutaremos de un día relax y diversión en unas aguas cristalinas turquesa, allá «donde el Río se esconde» un entorno natural único. Y ya en el norte del país nos esperan dos enclaves , la diminuta isla de Flores en el lago de Petén. Y el broche final recorriendo una de las ciudades mayas mejor conservadas TIKAL, todavía oculta entre la selva y acechada por los ensordecedores gritos de los monos aulladores.





