Tener cerca a Marruecos nos hacen pensar que conocemos este exótico país. Sin embargo nada más lejos que vivirlo en primera persona, para darse cuenta y rendirse ante esta cultura tan diferente que nos sorprende a cada esquina. Desde los tranquilos pueblos del sur, hasta las ciudades del norte y sus diferentes habitantes, nos dejará una huella que Marruecos no volverá a sonarte igual. Perdernos por las laberínticas callejuelas de la medina de Marrakech, las tumbas saadíes, o su fascinante plaza, será para adultos y niñ@s un juego de olores, sabores y mil colores.
Las Kasbahs y el Atlas. Tras abandonar Marrakech iniciaremos un viaje entre los impresionantes paisajes de las montañas del Atlas. Los escenarios áridos se cruzarán con verdes oasis como el Palmeral, para adéntranos en las gargantas del Todra y el valle del Dades. Nuestro viaje sin prisas trascurrirá por una ruta salpicada de mil y una Kasbah de abode, parando a degustar los deliciosos «tajines» en uno de los innumerable locales de carretera. Visitaremos Aït Benhaddou, patrimonio de la humanidad por la UNESCO y escenario de películas como Gladiator, Lawrence de Arabia o Juego de Tronos.
A las puertas del Sáhara. El mayor desierto del mundo que finaliza en Egipto, en el mar Rojo. Desde aquí haremos una excursión en 4×4 y podrás descubrir la infinidad de tonalidades que nos ofrece el desierto desde que el sol está alto en el cielo, hasta las rojizas tonalidades del atardecer. Y al caer la noche, dormiremos entre las dunas, bajo el amplio cielo del desierto observando infinidad de estrellas. Celebrando un fin de año transformador para recordar toda la vida.